Dos casos de superación humana después de ser atacados por tiburones:
La fuerza de voluntad, y sobre todo la férrea decisión de no dejarse superar por ninguna desgracia, son los factores de superación principales de las historias de Paul de Gelder y Phil Mummert.
Estos dos hombres fueron atacados y heridos de consideración por sendos tiburones, pero ello no consiguió apartarles de su pasión: el mar.
Éstas son sus historias.
Paul de Gelder perdió una pierna y una mano debido al ataque de un tiburón
Para el australiano Paul De Gelder, una horrible mordedura de un tiburón toro en 2009 le costó una mano y una pierna, cambiando su vida para siempre.
«No culpo al tiburón», dice de Gelder
Pero no culpa ni teme a la criatura que lo atacó. En cambio, ahora aboga por la conservación, preservación y protección de los tiburones. Es una de las estrellas del programa de Discovery Channel Shark Week, cuya 32ª edición se emite hasta el 6 de septiembre.
De hecho, el hombre de 43 años dice: «Trato de romper estas nociones preconcebidas de que los tiburones son viciosos, salvajes devoradores de hombres que acechan en los océanos, esperando para matarnos a todos. Eso es lo que vemos en las películas, simplemente no es verdad».
Los tiburones no están tan interesados en los humanos, dice, añadiendo que la mayor parte de su vida la pasan buscando comida. «Y si estamos aleteando en la superficie, parecemos un animal herido.»
Eso fue probablemente lo que pasó el 11 de febrero de 2009, el fatídico día de su ataque, que el ex buceador de la Real Armada Australiana detalla en su autobiografía de 2011 No Time For Fear.
El ataque
Durante un ejercicio antiterrorista en el puerto de Sydney, estaba en el agua cuando sintió un golpe en su pierna derecha.
Mirando hacia abajo, vio la cabeza gris gigante de un tiburón de 3 m de largo, con su labio retraído, la fila superior de sus dientes en su pierna. Su muñeca derecha también estaba en su boca.
Una vez que superó el golpe, De Gelder trató de apuñalar el ojo de la criatura con su mano izquierda, pero no pudo alcanzarlo. Así que le dio un puñetazo en la nariz tan fuerte como pudo, después de lo cual la bestia comenzó a sacudirlo, con sus dientes aserrando en sus miembros.
Fue entonces cuando empezó a sentir dolor y el tiburón lo arrastró bajo el agua. «Sólo podía ver burbujas delante de mi cara», escribe De Gelder. «Sólo había un profundo silencio. Y entonces, igual de repentinamente, el tiburón desapareció.»
Al llegar a la superficie, comenzó a nadar hacia un bote de seguridad, pero descubrió que su mano había desaparecido. El tendón de su pierna también se había desgarrado y un penacho de sangre roja – la suya – lo rodeaba.
En ese momento, De Gelder pensó que iba a morir. Afortunadamente, el bote de seguridad lo alcanzó y sus compañeros lo sacaron del agua.
El hospital y la recuperación
Fue enviado inmediatamente al hospital, donde se sometió a una transfusión masiva de sangre. Su pierna severamente dañada también fue eventualmente amputada por encima de la rodilla.
Con el tiempo, De Gelder mejoró, fue dado de alta y recogió los pedazos. Estaba decidido a hacer lo mejor. Aprendió a cepillarse los dientes y a cocinar con una mano.
Después de conseguir prótesis, ahora puede usar un recogedor y una escoba, así como conducir un coche, conducir una motocicleta modificada, correr, bucear e incluso saltar en paracaídas.
¿Puede enhebrar una aguja y coser un botón? «Oh sí, he cosido muchos botones», dice. «Uso mucho los dientes».
Actualmente tiene varios juegos de prótesis: una mano robótica, tres piernas de caminata robótica, una cuchilla para correr, una pierna de snowboarding, dos piernas de buceo y dos brazos de levantamiento de pesas.
«Mi equipaje se vuelve muy pesado cuando viajo», bromea De Gelder, quien tiene una relación y ahora es un orador motivacional.
En 2010, también se dedicó a modelar para una línea de ropa interior y de baño para hombres australianos. Ha aparecido como invitado en todos los principales programas de entrevistas de la televisión australiana, así como en muchos de los Estados Unidos.
Ahora ayuda a Will Smith con su miedo a los tiburones
La nueva edición de la Semana del Tiburón presenta un episodio titulado Will Smith: Off The Deep End, en el que De Gelder entrena al actor de Hollywood Will Smith para que supere el miedo a los tiburones que ha tenido durante toda su vida.
Después de haber visto todas las películas de Smith, como The Pursuit Of Happyness (2006) y I Am Legend (2007), De Gelder dice: «Ves a este personaje más grande que la vida en la gran pantalla interpretando a todas estas personas increíbles».
Pero cuando llegó a pasar tiempo con Smith, se dio cuenta de que, en el fondo, la estrella no era diferente de la gente normal. «Todavía tiene miedos, preocupaciones y cosas en su vida que necesita superar.»
Y como cualquier otro miedo, dice que el miedo a los tiburones puede ser superado.
«Como todos los que bucean con tiburones, salen del agua y lo primero que dicen es: ‘Eso fue probablemente lo mejor que he hecho en mi vida'».
Al preguntársele qué trayectoria habría seguido su vida de no haber sido por la mordedura de tiburón, De Gelder dice: «Ya no la cambiaría, porque no sé quién sería esa persona, qué estaría haciendo, si sería feliz».
«Sé quién soy ahora y puedo vivir una vida increíble. No siento ninguna lástima por mí mismo.»
Phil Mummert, joven surfista atacado por un tiburón, vuelve a meterse en el mar
Un joven surfista que fue salvajemente atacado por un gran tiburón blanco de cinco metros ha vuelto de nuevo al agua sólo meses después de la terrible experiencia.
El ataque del tiburón
Phil Mummert, de 28 años, estaba surfeando en Bunker Bay, al sur de Perth, cuando el enorme tiburón le mordió el muslo derecho y se llevó un trozo de su tabla de surf el 31 de julio.
Quedó con un gran crujido a unos 150 mm de profundidad donde los dientes del tiburón penetraron a través de su piel.
Su novia Mish Wright compartió una conmovedora foto de ellos juntos, anunciando que el Sr. Mummert está finalmente de vuelta en el agua después del incidente.
Phil Mummert, de 28 años, estaba surfeando en Bunker Bay, en la Bahía del Búnker, al sur de Perth, cuando el tiburón de cinco metros le mordió el muslo derecho y se llevó un trozo de su tabla de surf alrededor de las 2.15 pm del 31 de julio de 2020.
No es fácil volver al océano después de ser atacado por un Gran Blanco de cinco metros’, dice Phil.
«Chapotear en el extremo poco profundo del arrecife de Ningaloo es probablemente la mejor manera de hacerlo».
La Sra. Wright compartió previamente una foto del Sr. Mummert sonriendo en una cama de hospital después de su encuentro con el gran blanco, agradeciendo a aquellos que vinieron a su rescate.
Sinceramente, no sé cómo una persona puede ver a un completo desconocido siendo atacado por un gran tiburón blanco de cuatro metros y nadar hacia él para salvarlo, así que estamos más que agradecidos a todos los que ayudaron a salvar la vida de Phil», escribió.
«Tenemos mucha suerte de que Phil se haya escapado con su vida y sus miembros y más que suerte de que vivamos en una comunidad tan amable y cariñosa.
Tan agradecidos por todos los que lo llevaron a la orilla y por los que mantuvieron su pierna junta durante media hora mientras esperaban la ambulancia.
«Gracias desde el fondo de nuestros corazones», dijo.
Uno de los rescatadores del Sr. Mummert relató lo rápido que se desarrolló el brutal ataque.
Está sentado en su tabla y lo siguiente que sabes es que acabamos de escuchar a alguien decir «tiburón», dijo.
Me di la vuelta y vi una especie de brecha blanca (tiburón) que ya se había roto, golpeó a Phil.
«Acababa de destruir su tabla, estaba flotando allí lentamente».
Otro surfista que acudió en ayuda del Sr. Mummert, Jess Woolhouse, dijo que era una situación de «vida o muerte».
Todos hicimos un esfuerzo para subirlo a la tabla y comenzar a dirigirnos a gritar y tratar de salpicar el agua», explicó.
El Sr. Woolhouse dijo que un grupo de seis o siete personas también se había formado en la playa para ayudar al Sr. Mummert a llegar a la orilla.
Explicó que el Sr. Mummert estaba de buen humor y que su hemorragia había disminuido antes de ser llevado al hospital.
